jueves, 5 de diciembre de 2013

Cuento en lenguaje informal.

                                                  En perseverar esta el éxito.

Existía una familia que tenía dos hermanitas y una mamita. La hermanita grande era la Maruja, la chica era la Anais y la viejita era la Margarita.
Un dia las hermanas fueron a bacilar a la disco, después llegaron a la casa y encontraron a la vieja raja llorando. Secándose las lagrimas le conto a sus hijas que estaba pato, que le habían choriao toda la plata de sus ahorros y también les conto que se estaba  atuyendo de a poco y esa noche no pudo pararse de su cama. Después que se entraron las hermanitas de la mala noticia se pusieron las tres a llorar. Con los días la hermana mayor se puso a trabajar como loca para juntar lucas para poder comer.
 Que le gustaron sus tejidos y por eso el le ofreció pega. Ella tenía que tejer muchas frazadas y el las revendía en la capital y ella caga de la risa acepto.
Con esas lucas pudo pagar la graduación de la hermana, después hablo con su vieja para que se fueran a vivir a la capital.
Después de un tiempo en la capital el viejo que le compro los tejidos, le ofreció una pega en un negocio de él y después buscaron al mejor medico para que la vieja se alentara.
De apoco la vieja se fue mejorando con ejercicios y el apoyo que le daban sus pergenios chicos y así



Cuento en lenguaje formal.


                                              En perseverar esta el éxito.

Había una vez, en un lugar muy lejano vivía una familia la cual estaba compuesta de dos hermanas y la mamá.
La hermana mayor se llamaba Maruja, la hermana menor Anais y la madre se llamaba Margarita.
Un día las hermanas fueron a bailar a una discoteque y cuando llegaron a la casa encontraron a su madre llorando desconsoladamente, la madre secándose las lagrimas le conto a sus hijas que estaban en la ruina, se le había extraviado todo el dinero de los ahorros y también ella hace algunos días atrás había empezado a captar síntomas extraños en sus piernas y esa noche ponerse de pie pero no logro hacerlo. En ese momento le conto que algo extraño le había sucedido y que no podía caminar y que no tenían dinero.
Maruja se vio con la obligación de ayudar a su madre ya que era la hija mayor lo cual tenía que velar por su familia.
Al otro día las hermanas tuvieron una conversación y en ese momento se pusieron de acuerdo para repartir las obligaciones y deberes de la casa. Pasaron los días y no tenían nada para comer y cada vez se sentían más solas y desamparadas ya que en el pueblo donde vivían las personas que habitaban allí no eran muy sociables.
Se acercaba la graduación de octavo básico para Anais y no tenían dinero para nada.
Hasta que un día a Maruja se le ocurrió tejer chalecos, frazadas y venderlo para así obtener ingresos. Tuvo tanta suerte que vendió todas las cosas que había hecho.
Ese día llego un comerciante muy conocido y famoso al pueblo, se encontró con esos fabulosos tejidos, le llamaron la atención y decidió visitar a la persona que los creaba. El comerciante le ofreció un trabajo que consistía en que Maruja le tejiera muchas frazadas y el se las compraba todas para venderlas en la capital y ella muy contenta acepto.
Al pasar el tiempo cada vez fue juntando más dinero y pago la graduación de su hermana Anais, pero aun así ella sentía que podía hacer algo mas y habló con la madre  para proponerle que se fueran a vivir a la capital y ella acepto.
Ya instalados en la capital el comerciante le ofreció trabajo en uno de sus negocios y le buscó el mejor doctor de la capital para que ayudara a la mamá y así fue como Margarita con terapias y con el apoyo y amor incondicional que le daban sus hijas, pudo salir adelante y volver a caminar.

Y es así como salió adelante esta familia, descubrieron que luchando se cumplen los sueños y que después de la tormenta siempre sale el sol.

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